domingo, 23 de septiembre de 2007

NIRVANA: 10 AÑOS SIN KURT COBAIN



NIRVANA: 10 AÑOS SIN KURT COBAIN

“EMPEZARÉ ESTO SIN PALABRAS. LLEGUÉ TAN ALTO QUE ARAÑÉ HASTA SANGRAR”
(“ON A PLAIN”, NEVERMIND, 1991)


TEXTO: ANTONIO NOBLEJAS SOLÍS REVISTA MUSICALIDAD.


En 1967, una pequeña localidad del estado norteamericano de Washington llamada Aberdeen, situada en la frontera con Canadá, contaba con un índice de desempleo muy por encima de la media nacional y una industria maderera omnipresente en el día a día. Aberdeen era una ciudad muy distinta de la que es ahora. Valga como ejemplo que en aquellos años la pequeña población tenía el cuestionable honor de ser una de las ciudades con la tasa de suicidio más elevada del país. Por otra parte, el alcoholismo y la violencia se unían al desempleo para convertirla en una especie de pequeño infierno.
Descendiente de alemanes (por parte de su madre) e irlandeses (por parte de su padre), el 20 de febrero de 1967 nacía Kurt Donald Cobain, hijo de Don, mecánico de profesión y de Wendy, una ama de casa que fue la primera en despertar su talento creativo, especialmente por la música y el dibujo, de hecho un tío lejano de Wendy realizó algunas grabaciones en los años 50’s bajo el seudónimo de Dale Arden. Además, su hermano Chuck, tío de Kurt, tocaba en una modesta banda de rock no muy popular en la zona. Fue su propia madre la primera en intentar que el pequeño Kurt aprendiera a tocar la guitarra, empeño que abandonó a las pocas semanas debido a la hiperactividad que los médicos le habían diagnosticado, algo que le impedía concentrarse en una sola actividad. Finalmente, Mary, la hermana de Wendy, le regaló el instrumento ideal para un niño hiperactivo: el tambor.
Por parte de su padre heredó los genes depresivos que le acompañarían durante su corta vida, así como el fantasma del suicidio (cuando Kurt tenía doce años, su tío Burle se suicidó disparándose en el abdomen y cinco años más tarde, su tío Kenneth se volaría la cabeza). Cuando Kurt tenía tres años nació Kim, su única hermana.
Desde sus primeros años, el pequeño Kurt, zurdo de nacimiento, demostró grandes dotes para el dibujo, cantar y una especial atención al teatro, mostrándose sin embargo reacio a cualquier actividad deportiva, algo que le traería la alineación más tarde, cuando comenzó el instituto. Aunque la futura estrella del rock pasaría a la historia por sus problemas de depresión, la verdad es que Kurt Cobain tuvo una infancia feliz, donde se sentía amado y querido por sus seres más cercanos, especialmente por su madre, quién solo tenía ojos para el pequeño de la familia. En cambio, también era un niño con graves problemas de salud: Kurt padecía bronquitis crónica y una temprana desviación de la espina dorsal, llamada “Escariosis”, la cuál se le acentuaría cuando algunos años más tarde decidiera coger la guitarra. Podemos afirmar que Aberdeen, ciudad repleta de fortachones leñadores y sanos atletas, no era el sitio ideal para un niño que, ya desde pequeño, le llamaba más la atención sus lápices de colores que el balón de rugby y la música que escucha en el tocadiscos de su madre que las pruebas de atletismo que se celebraban en su colegio.
El gran trauma de su vida llegaría al cumplir los ocho años, en 1975, cuando Wendy y Donald se divorcian, algo que le afectó de manera visible y que le marcaría durante su adolescencia, convirtiéndole en un chico retraído y tímido al que le costaría mucho relacionarse con la gente. Su madre se traslada a vivir con su nueva pareja y el pequeño Kurt se verá obligado a vivir con una nueva familia a la que no pudo adaptarse desde el principio. Kurt tomó la decisión de ir directamente a su nueva casa y encerrarse en su habitación tras salir del colegio, pasándose horas enteras escuchando música y aprendiendo a tocar la guitarra. Lo único que buscaba a esas alturas era alguien que compartiera sus mismas aficiones.
Pero Wendy no aguantó mucho la nueva personalidad que su querido hijo había tomado y cansada de sus continuos enfados y enfrentamientos con el nuevo “padre”, envió a Kurt con Donald, que vivía a las afueras de Aberdeen en una pequeña caravana (algo que no arregló la nueva situación de Kurt, ya que veía que la afición de su padre por el deporte le impedía darse cuenta de las necesidades artísticas y afectivas que necesitaba). Todo eso añadido al nuevo matrimonio de Donald con una mujer a la que Kurt detestó desde el principio, sus nuevos hermanastros y la terquedad de su padre en obligarle a realizar actividades deportivas y hasta de lucha, hicieron que el futuro líder de Nirvana viviera en la más completa alineación cuya única salida estaba en la escucha de los vinilos que su padre compraba pero que apenas oía: el hard-rock de Black Sabbath, Aerosmith, Kiss y Led Zeppelin estaba conquistando la mente de un joven inadaptado que estaba obligado a cambiar de domicilio cada dos por tres, con el consecuente cambio de escuela, algo que no le ayudaba precisamente a vencer su timidez.
Cuando Kurt Cobain cumplió 14 años, su tío Chuck (que había sido el único en darse cuenta de la afición de su sobrino por la música) le regaló su primera guitarra eléctrica, algo que alegró a Kurt sin importarle que fuera de tercera mano y que el amplificador no tuviera más de diez watios de potencia (de hecho, a los pocos días ya había aprendido a tocar el riff de guitarra de la canción de AC/DC, “Back In Black”).
La guitarra se convirtió en su única amistad. Su timidez le obligaba a salir rápidamente del colegio y encerrarse en su habitación, arropado por aquellas canciones rockeras que intentaba aprender con su guitarra, una y otra vez, ávido de escuchar a los nuevos grupos punk que habían surgido en la otra parte del planeta, pero que sólo oía hablar de ellos a través de las revistas. No obstante Kurt se dio cuenta que existía gente como él más allá de Aberdeen.
Y fue precisamente en uno de los partidos de baloncesto donde conoció a Matt Lukin, un chaval varios años mayor que él y que, para sorpresa de Kurt, escuchaba a bandas como Kiss y Led Zeppelin y que tocaba el bajo en la banda local The Melvins. Gracias a esa nueva amistad, Kurt comenzó a frecuentar el local de ensayo del grupo, echando una mano a cargar y descargar los instrumentos de la banda en los conciertos. Inmediatamente Kurt se fue haciendo amigo de los componentes de The Melvins, especialmente de su cantante, Buzz Osbourne, quién le presentó al que iba a ser su gran amigo, Krist Novoselic, un hijo de inmigrantes croatas que congenió con Kurt desde el primer momento y que también le daba a su padre más de un dolor de cabeza.
En 1986, Kurt y Krist forman el que iba a ser el embrión de Nirvana, Fecal Matter, donde Kurt toca la batería, Krist la guitarra y Steve, un amigo, el bajo. Un año después, ya con un nuevo nombre, Skid Row, los tres ya se encuentran ensayando canciones compuestas por el propio Kurt, temas como “Floyd The Barber” y “Aero Zeppelin” (en clara alusión a los ídolos de cabecera). Pero el nombre no acaba de convencer y tras varias tentativas deciden llamarse Nirvana. Había llegado la hora de dar a luz en forma de maqueta con catorce temas, eso sí después de solucionar el problema del puesto vacante de batería que Kurt y Krist tenían.
Afortunadamente, el problema se solucionó cuando Kurt insertó un anuncio en una revista local “Rocket” y que rezaba así: “Banda de punk rock, influencias de Aerosmith, Black Sabbath, Black Flag y Led Zeppelin, busca batería. A los pocos días se presentó un músico experimentado con las baquetas llamado Chad Channing. Finalmente, los tres grabaron la imprescindible maqueta en los estudios de Jack Endino por tan sólo 152 dólares. Meses después, Nirvana graba por primera vez una canción de Kurt, “Spank Thru”, que se editaría en 1988 dentro de un triple álbum donde aparecían junto a otras bandas del pionero sello Sub Pop. Y en tan sólo tres días, la banda graba “Bleach”, el que sería su disco de debut, en el estudio de Endino, con un coste total de 60 dólares y que se publicaría en junio de 1989.
Y como cada nuevo disco tiene su gira correspondiente, Nirvana no podía ser menos. Kurt descubre el escenario como una perfecta vía en la cual descargar su ira acumulada durante tantos años: el depresivo cantante comienza a despedirse de su público destrozando sus guitarras de saldo al final de cada concierto. La década de los noventa le llega a Nirvana presentando “Bleach” en Inglaterra, junto a Tad y Mudhoney, otras dos bandas de un Seattle que ya estaba dando mucho de que hablar en los medios de comunicación europeos.
El grupo sigue imparable, con un ritmo frenético que traería como segunda víctima al propio batería, quien es despedido por el propio Kurt.
De nuevo Kurt y Krist se encuentran sin nadie que les cubra las espaldas en los conciertos. Esta vez las audiciones serán hechas en toda regla, lejos de volver a insertar un anuncio. De entre todos los baterías que se presentan destaca uno que, además de tener experiencia acreditada, destaca por una voz predispuesta para los coros que Kurt ya tenía en mente en las canciones que ya estaba componiendo. Su nombre es Dave Grohl, un chaval de 20 años que llega a Seattle literalmente “con lo puesto” y que causa una buena impresión en Kurt, quien le ofrece el puesto.
El 4 de enero de 1991 sería otra fecha clave en la historia de Nirvana. Ese día el grupo abandona Sub-Pop, el sello con el que habían grabado “Bleach”, y firman con Geffen Records, una multinacional que estaba comenzando a invertir grandes cantidades de dinero en todas aquellas bandas que venían de Seattle y que vio en Nirvana un filón aún sin pulir. Además, Geffen era el sello de otra de las formaciones favoritas de Kurt y Krist, Sonic Youth, con quienes ya habían compartido escenario durante una gira conjunta en 1990. Los tres músicos se encierran en el estudio con el productor Butch Vig para grabar las doce canciones del segundo álbum, un disco que causaría tal impacto que cambiaría el concepto musical de la década de los noventa y cuyo éxito también se debió, además de la innegable calidad de sus temas, a la continua emisión del video-clip del single de anticipo, “Smells Like Teen Spirit”, donde se veía a la banda tocar interpretando la canción en una cancha de baloncesto de cualquier instituto norteamericano, incitando a los jóvenes allí presentes a revelarse y destrozar todo lo que encontraran a su paso, algo que provocó la inmediata identificación de millones de adolescentes con el mensaje que aquel desconocido grupo transmitía, con una canción que enganchaba desde el riff inicial hasta el alarido final del cantante que escondía su cara bajo una destartalada melena rubia.
En julio, Nirvana vuelven a Inglaterra para actuar en el prestigioso Reading Festival, donde un Kurt con chaqueta de cuero hizo de las “suyas”, dejándose caer sobre el público de las primeras filas y lanzándose literalmente contra la batería como colofón de uno de los conciertos más ruidosos del festival.
Y por fin, el 23 de septiembre de 1991 sale a la venta “Nevermind”, el segundo álbum de la banda, producido por Butch Vig y mezclado por Andy Wallace (claves en su éxito), con un tema no acreditado en la contraportada y que aparece al final de la escucha, doce segundos después de la última canción. La lista es impecable, desde el histórico single de presentación, “Smells Like Teen Spirit”, hasta “Something In The Way”, una preciosa canción donde Kurt relata aquellas noches interminables bajo un pequeño puente en Aberdeen, obligado por la incomprensión de sus padres a huir del agobiante “hogar”. Por otra parte, la lista de canciones es sencillamente genial: “Come As You Are”, Lounge Act”, Drain You”, “On A Plain”, “Litchium”, “In Bloom”, “Polly”, “Stay Away” y “Breed”.
A pesar de una entrada más que discreta, las continuas emisiones del video de “Smells Like Teen Spirit” por parte de la todopoderosa MTV lo catapultan rápidamente a los primeros puestos de la lista de los más vendidos, algo que sin duda gustó mucho a los directivos de Geffen quienes, por otra parte, debieron quedarse atónitos cuando vieron que el 13 de enero de 1992 “Nevermind” le daba una patada en el trasero al disco de Michael Jackson, “Dangerous” (que reinaba en la cumbre), y se coloca en el nº 1de las listas norteamericanas.
La famosa portada de “Nevermind” (un bebé nadando bajo el agua, intentando atrapar un billete de un dólar que cuelga de un hilo de pescar, a modo de anzuelo) pasa a ocupar su lugar en la historia de la música del siglo XX.
En julio, y dentro de su gira europea, Nirvana llega a España para actuar en Valencia y en Madrid (Barcelona estaba “ocupada” celebrando los Juegos Olímpicos), donde la banda ofrece dos conciertos bastante flojos, con un Kurt anclado a su micrófono, ajeno al fervor que su presencia provocaba en el público. Aún así, la foto del grupo llena las portadas de las revistas musicales españolas.
Para colocar el punto y final al tour europeo, Nirvana vuelve al Reading Festival, pero esta vez como uno de los cabezas de cartel. La noche del 30 de agosto, mientras que Dave Grohl se sienta en la batería, Kurt Cobain hace acto de presencia en el escenario ante las 60.000 personas que abarrotaban el campo donde se celebra el festival con una peluca rubia y sentado en una silla de ruedas, mientras es empujado por su amigo Krist Novoselic quien se acerca al micrófono y demanda al público una ayuda para que su colega pueda conseguir levantarse. Kurt, arropado por los gritos de la audiencia, se aproxima al micro y tararea una canción inaudible para desplomarse, segundos después, sobre el escenario. Kurt estaba alcanzando el nirvana.
Ya de regreso a EEUU, el 9 de septiembre Nirvana acude a la ceremonia de los MTV Awards, en Los Angeles, para recoger el galardón al Mejor Video Alternativo por “Smells Like Teen Spirit”. Se da la casualidad que entre los grupos invitados se encuentran los reyes “destronados”, Guns N’ Roses con el ya endiosado Axl Rose al frente, quien ya había realizado varios comentarios despectivos sobre Nirvana. Minutos antes de las actuaciones de ambos grupos, Axl se cruza en los camerinos con el irónico Krist quien le saluda con un simple y certero “¡Hola, Axl!”. Interpretado como una provocación, el cantante se da media vuelta y se dirige amenazante al camerino de Nirvana donde se enlaza con Kurt en una violenta discusión que finalizaría con la intervención de los agentes de seguridad del recinto (necesario es decir que Kurt había declarado con anterioridad que Guns N’ Roses “representaban perfectamente el machismo y eran un claro cliché de banda de rock & roll”. Ahí es nada).
Las navidades de 1992 nos regalan “Insecticide”, un interesante álbum de rarezas, demos, temas inéditos (“Dive” y “Sliver”), canciones grabadas en programas de radio y excelentes versiones como “Son Of A Gun” y “Molly’s Lips”, de The Vaselines, grabadas en la radio británica BBC One.
El nuevo año llega con los tres músicos ya metidos en el estudio, preparando la grabación de las canciones del nuevo disco. El ánimo general, tanto de Kurt como de Krist y Dave es literalmente “huir” del éxito de “Nevermind”, sobre todo Kurt, quien ha compuesto trece canciones salidas directamente de sus entrañas. Pero la grabación del nuevo disco será lenta ya que los tres amigos han decidido tomárselo con calma. Kurt debuta como productor en el nuevo disco de sus colegas The Melvins y, haciendo gala una vez más de su gusto por lo extraño y lo fuera de lo común, se involucra en el proyecto “The Priest They Called Him”, donde coloca de fondo el sonido de su guitarra a un recital del William S. Burroughs, el mítico gurú de la experimentación con las drogas (nota: Kurt aparece en los créditos bajo el pseudónimo de Kurtis Cobaine).
El 8 de abril de 1993, Nirvana actúa en un concierto benéfico celebrado en San Francisco, a favor de las víctimas de la desgraciada guerra que en aquellos años se estaba librando en la antigua Yugoslavia, algo que tocaba de lleno a Krist, quien tenía familiares en el desmembrado país. Pocos días después del concierto, la banda vuelve al estudio para seguir con las grabaciones del tercer disco, esta vez producido por Steve Albini. El nombre elegido no puede resultar más perfecto para la idea que el cantante tiene en mente. “In Utero” será la vía de escape final de Kurt, una vía algo tapada por los jefazos de Geffen, quienes obligaron a cambiar el título original que Kurt tenía en mente (editar el disco más anti-comercial que pudiera grabar) y que retrataba todas las penurias que el genial compositor llevaba sufriendo desde la separación de sus padres. David Geffen obligó a Albini a suavizar la curdeza de las grabaciones, a la vez que se acobardó ante “I Hate My Self And I Want To Die”, el título que Kurt había elegido.
Por fin, el 13 de septiembre de 1993, “In Utero” sale a la venta. Pocos días después, “Come As You Are”, la biografía oficial de Nirvana, inunda las librerías de medio mundo. Finalmente, no sólo “I Hate ...” ha sido descartado como título del nuevo álbum, sino que la canción del mismo nombre no aparece entre los trece cortes de que consta el disco. La explicación dada por la compañía es que el tema puede incitar al suicidio (la canción maldita se publicaría a finales de año dentro de un CD titulado “The Beavis And Butt-Head Experience”, en honor a los dos irreverentes personajes animados que estaban causando sensación en la programación de la MTV, a principios de los 90’s.
El nuevo disco es mucho menos comercial que el exitoso “Nevermind”, sin duda alguna, como lo demuestran cortes como “Scenteless Apprentice” o “Milk It”, que nos devuelve al Kurt de “Bleach”. Aún así, y también gracias a “Heart-Shaped Box”, el excelente single de presentación, “In Utero” llega al número uno, tanto en EEUU como en Inglaterra (la gente estaba ávida de escuchar nuevo material de la banda).
El año anterior, Eric Clapton había puesto de moda los conciertos acústicos gracias al tremendo éxito que obtuvo con su “Unplugged”, grabado para la MTV, show que significo el primero de una larga lista de actuaciones acústicas que, tanto los artistas consagrados como las nuevas bandas comenzaron a ofrecer. Y, por supuesto, Nirvana no se salvó de la moda. Y el 18 de noviembre de 1993, seguramente obligados por Geffen Records, el grupo viaja a Nueva York para ofrecer en los estudios de la todopoderosa Sony su correspondiente “desenchufado”, titulado simplemente “Unplugged In New York” y que descubre la brillantez de las composiciones de Kurt Cobain, un tanto escondida bajo sus chirriantes guitarras (paradójicamente, el recital acústico ofrecido por Nirvana quedará plasmado como uno de los más poderosos grabados en aquella época, junto al de Alice In Chains y Pearl Jam. Kurt se arriesgó a adornar sus canciones con una violoncellista). Junto a Pat Smear, el guitarrista que les estaba acompañando durante la gira, Cris y Curt Kirkwood se unieron al final del show para interpretar “Plateau” y “Lake Of Fire”, dos canciones de una de las bandas preferidas de Kurt, Meat Puppets. Por otra parte y además de interpretar algunos de sus temás más conocidos, Nirvana rescata “The Man Who Sold The World”, una vieja canción de David Bowie perdida en el olvido.
El 8 y 9 de febrero, Nirvana inicia su gira europea en Madrid y Barcelona, un tour que significará la despedida de la banda de su público. El concierto en la capital de España resulta mejor que su anterior visita, en 1992. La gira europea quedará interrumpida debido a un agravamiento de la bronquitis crónica de Kurt, quien es ingresado en un hospital de Roma (curiosamente, los italianos serían los últimos fans en ver a Kurt Cobain encima de un escenario). La presión de una extensa gira es demasiada para un Kurt deteriorado por los problemas de salud. Finalmente, el tour europeo se cancela y Nirvana vuelve a casa. Kurt, que ya había realizado diversas declaraciones sobre la pretensión de terminar con Nirvana, cansado de “fichar antes de subir a cada escenario”, aparece muerto en su casa de las afueras de Seattle la mañana del 8 de abril de 1994.






KURT Y COURTNEY

“El hecho de conocer a Courtney me ha cambiado por completo. Ya no soy tan neurótico e instable como antes (...) He encontrado a alguien de quien estoy cerca, que muestra interés por lo que hago...” (Kurt Cobain a Melody Maker, julio de 1992)

En junio de 1991, Nirvana había abandonado Sub Pop para fichar por la discográfica del multimillonario David Geffen y grabar con más medios y, sobre todo, con más dinero su segundo disco “Nevermind”. Tras las sesiones de estudio, la banda se enrola en una pequeña gira por varias ciudades norteamericanas como teloneros del grupo de J. Mascis, Dinosaur Jr. Uno de esos días, Kurt asiste a un concierto de Butthole Surfers en Los Angeles y allí conoce a una tal Courtney Love, que andaba entre bastidores con su amiga Jennifer Finch, del grupo femenino L7.
Courtney lidera una banda llamada Hole, que tenía un disco editado pero que apenas había tenido repercusión mediática. El encuentro es breve pero algo surge entre ambos (recordemos que “Nevermind” aún no había salido a la venta). Tras un corto intercambio de saludos ambos se despiden.
El reencuentro se producirá en el Festival de Reading, en Inglaterra, en agosto de ese año. Esta vez la charla entre Kurt y Courtney es algo más larga. Courtney se encontraba en el festival acompañando a su novio de aquel entonces, Billy Corgan, de Smashing Pumpkins, a quien sustituiría poco después por el líder de Nirvana.
Courtney sigue a Kurt a todas partes y ambos se casan el 24 de febrero de 1992 en Hawaii. La novia acude a la ceremonia con un vestido que había pertenecido a la malograda actriz del Hollywood de los años treinta Frances Farmer (actriz nacida en Seattle y cuya radical independencia le llevó al quirófano donde se le practicó una lobotomía. Kurt le rendiría homenaje en la canción “Frances Farmer Will Have Her Revenge On Seattle”, publicada en “In Utero”). Rápidamente, la prensa sensacionalista se hace eco de la adicción a la heroína por parte de la pareja, que comienza a dar de qué hablar (sobre todo cuando los periódicos se enteran que Courtney está embarazada).
El 18 de agosto de 1992 nace en Los Angeles, Frances Bean Cobain, la hija de Kurt y Courtney, en el mismo hospital en el que su padre está ingresado, tratándose de desengancharse de la heroína. La lógica alegría es inmediatamente enfriada por los tabloides británicos, que afirman que el bebé ha nacido con el síndrome de abstinencia. Ambos corren el peligro de perder la custodia de su hija, vigilada por los servicios sociales del estado, quienes determinan finalmente que ambos son aptos para criar a su hija (a pesar del logro, la heroína se había instalado en la vida cotidiana del matrimonio).
La primavera de 1993 transcurre entre presiones mediáticas y serios problemas de Kurt con el polvo blanco, llegando a ser ingresado nuevamente para ser tratado con una nueva cura de desintoxicación tras sufrir una grave sobredosis en su casa de Los Angeles.
La inminente publicación de una biografía no autorizada de la pareja, donde se hace hincapié en el “problema” de la heroína, enfurece a Kurt, quien demanda inmediatamente a los autores del libro y comienza a llamarles por teléfono, dejándoles mensajes amenazadores en sus contestadores telefónicos: “...quiero que me llaméis, tengo mucho que contaros, jodidos parásitos. Si hay algo en ese libro que perjudique a mi esposa, os joderé, ... Me da igual que esto quede grabado. Estoy al límite de mi paciencia...”, por poner un ejemplo.
Por otra parte, Kurt se saca la licencia de armas y adquiere varias pistolas (que más tarde serán confiscadas por la policía en una de las peleas “domésticas” que la pareja solía tener).
A finales de febrero de 1994, en plena gira europea, Kurt es obligado a tomarse varios días de descanso debido al empeoramiento de su bronquitis crónica. El cantante, desatendiendo la orden del médico, se marcha a Roma donde queda con Courtney y su hija en una de las suites del Hotel Excelsior, el 4 de marzo. Cuando Courtney llega se encuentra a su marido tirado en la moqueta de la habitación, en estado de semi-coma. Rápidamente es ingresado de urgencias, donde se le practica un lavado de estómago (Kurt había ingerido, ayudándose de alcohol, 50 pastillas de un medicamento llamado Rohyphol). Finalmente, el cantante sale del coma y consigue recuperarse.
A partir de ese momento, Courtney se dedica a despotricar contra Kurt en todas sus apariciones públicas y entrevistas, llegando incluso a contar detalles íntimos del cantante, quien por aquella época se estaba tomando muy en serio la consideración de abandonar Nirvana y dedicarse a otros proyectos (Kurt deseaba trabajar con su amigo Michael Stipe, el cantante de R.E.M.).
La situación de la pareja se hace insostenible. A mediados de marzo, Courtney se traslada a una clínica de Los Angeles con la finalidad de “limpiarse” de drogas y pastillas. Kurt, que se negó a ir, aunque lo necesitaba más que nadie, le pide a su amigo Dylan Carson que le compre un rifle y munición, ya que “necesita defenderse de unos sospechosos que merodean alrededor de su casa”.
El 30 de mayo, el cantante accede a ser ingresado en un centro de rehabilitación de drogodependientes, en la localidad californiana de Marina Del Rey, de donde se escapa dos días más tarde. Nunca más volvería Courtney a ver a su marido con vida.



¿QUIÉN MATÓ A KURT COBAIN?

La versión oficial afirma que Kurt Cobain, el líder del grupo que cambió la forma de concebir la música a principios de los 90’s, carismático artista y genial compositor, deseoso de experimentar más allá de la tramposa industria del espectáculo y convencido en su empeño por abandonar la heroína, se voló la cabeza con una escopeta del calibre 20 el 6 de abril de 1994.
Los hechos posteriores muestran teorías y suposiciones que afirman que Kurt no se suicidó, sino que fue víctima de un complot ideado por una esposa que veía en la inminente separación su salida del universo de los elegidos. ¿Se suicidó Kurt Cobain? ¿Fue realmente lo que dejó una nota de suicidio o tan sólo una cariñosa carta de despedida para su mujer y su pequeña hija? Lo único cierto de esta historia es que la muerte del líder de Nirvana le vino de perlas a su ambiciosa esposa, Courtney Love.

En enero de 1994 y tras diversas presiones de Courtney, finalmente Kurt accedió a comprar una mansión en el Lake Washington Blvd., la zona más opulenta de Seattle, donde tenían su residencia las personalidades más pudientes de la ciudad, como Howard Schultz, el jefazo de la cadena Starbucks Coffee y el repelente Bill Gates. Según Peter Cleary, amigo de Kurt, éste, a parte de sentirse incómodo por compartir vecindario con los ricachones, “lo único que mantenía junta a la pareja era, aunque Kurt había comentado la idea de divorciarse de Courtney y conseguir la custodia de su hija”.
Por otra parte, mientras que Courtney grababa con Hole, su banda, un nuevo álbum, Kurt estaba obligado a comenzar una gira europea que no deseaba. Muchos de los que convivieron con el cantante durante la última gira afirmaron que le vieron muy cansado, sin aquella energía primaria que imprimía en los primeros conciertos de Nirvana.
Tras el incidente de Roma, Kurt había vuelto a Seattle, donde se reunió con su mejor amigo, Dylan Carson, quien, según confesó más tarde, Kurt le pidió que le comprara un arma porque tenía miedo a los “stalkers” (acosadores de estrellas), algo que ya había comentado el propio músico en el pasado. Dylan afirmaría tras la muerte de su amigo: “No creo que el incidente de Roma fuera un suicidio. Si hubiese ocurrido en 1993 sí lo habría creído. Kurt estaba haciendo todo tipo de planes para llevarlos a cabo una vez se hubiese rehabilitado”.
Ni Dylan ni mucha gente que conocía a Kurt antes del boom “Nevermind” creyeron que éste se suicidara. Aunque también había muchos otros que afirmaron que el músico era un perfecto candidato a tomar la vía del suicidio (“cualquiera que dude sobre el suicidio de Kurt es que no le conocía bien”, comentó una ex novia del cantante).
La verdad es que ni los antecedentes familiares “suicidas” de Kurt ni el título que quiso colocar en un principio a “In Utero” (“I Hate My Self And I Want To Die”) ayudaban mucho a mantener la teoría de un posible asesinato.
El domingo 3 de abril, Tom Grant, un prestigioso detective afincado en Beberly Hills, recibía la llamada de una mujer que le contó que estaba intentando contratar a un detective pero que todas las agencias estaban cerradas (era Domingo de Pascua). Dio la casualidad que Grant estaba trabajando en la finalización de un caso. Al otro lado de la línea telefónica estaba Courtney Love, quien le contó que necesitaba que descubriera a la persona que estaba intentando utilizar la tarjeta de crédito de su marido (en realidad, como más tarde sabría Grant, lo que Courtney trataba de averiguar era encontrar a Kurt quien se había escapado del centro de rehabilitación en el que le habían ingresado).
El miércoles 6 de abril, Grant voló a Seattle para visitar la casa de Kurt acompañado de Dylan Carson, cuya cita se había encargado de preparar la propia Courtney, quien había advertido a Grant sobre la importancia de vigilar a Caitlin Moore, la “camello” de Kurt, de la cuál parecía estar obsesionada, según comentó más tarde el detective.
Dylan y Grant llegaron a la casa esa misma noche: “¡Hola!, ¡Kurt, ¿estás ahí?!”, repitieron ambos durante varios minutos. Finalmente, pensando que el lugar estaba vacío, Dylan y Grant se marcharon.
A la mañana siguiente, Courtney telefoneó a Dylan y le pidió que ambos volvieran a la casa para buscar el arma que éste le había comprado a Kurt y que podría estar escondida en su armario (en el de ella). Los dos volvieron nuevamente al anochecer (por si veían alguna luz), pero no encontraron el arma. Lo que si hallaron fue una nota de “Cali” (el apodo de Michael Dewitt, uno de los “canguros” de la pequeña Frances que Courtney había contratado a tiempo parcial y que vivía en la mansión). La hoja, que estaba dirigida a Kurt –según Grant- ponía lo siguiente: “No puedo creer que vinieras a casa sin decírmelo. No has llamado a Courtney. Eres un imbécil”. Rápidamente, Grant se preguntó por qué no le había encargado a “Cali” que buscara el arma. “Siempre he pensado que la nota se colocó para que yo la encontrara, y no Kurt”, comentó Grant, que también sospechó que el propio Kurt tuviera que informar a un simple “babbysitter” que se encontraba en su propia casa.
Pero “Cali” se había marchado a Los Angeles para reunirse con Courtney, hecho del que el propio Grant siempre tuvo la impresión de que lo había hecho para evitar encontrarse con él.
Por otra parte, Courtney afirmó que se había pasado las horas encerrada en la habitación de su hotel esperando una llamada de Kurt, algo que para el avispado Grant quedó en evidencia cuando se enteró, por medio de la lista de llamadas del propio hotel, que había realizado dos llamadas telefónicas a una radio local especializada en rock, solicitando promocionar “Live Throught This”, el nuevo álbum de Hole. “No estaría tan preocupada si tuvo tiempo para pensar en su disco”, dijo más tarde Grant.
La mañana del viernes 8 de abril, Gary Smith, un operario de Veca Electric, la empresa de seguridad que estaba contratada para vigilar el vecindario, había acudido enviado por la propia empresa para instalar un sistema de alarma. Subido a la parte superior del garaje, vio a través de la ventana del invernadero -que estaba situado encima del mismo garaje- lo que pensó en un principio que era un maniquí tirado en el suelo. Seguidamente se dio cuenta que sangraba por el la oreja derecha y ahí es cuando vio que una escopeta yacía encima del cuerpo, con la culata sobre los pies y el cañón apoyado en la barbilla.
Consciente de la gravedad del hecho, y al estar cerrada por dentro la habitación, Smith telefoneó a su superior quien se encargó de notificarlo a la policía y, ya de paso, comunicarle la noticia a la emisora de radio KXRX-FM, quienes dieron la noticia media hora después: El cuerpo sin vida de Kurt Cobain había sido encontrado en su casa de Seattle con un tiro en la cabeza.
El suicidio fue el término que rápidamente saltó a los titulares de todo el planeta. El invernadero, el único lugar en donde no habían mirado Grant y Dylan (el detective le preguntó por qué no le había dicho nada sobre la existencia de dicho lugar. Dylan le respondió que tan sólo era una pequeña habitación donde se guardaban trastos viejos. Más tarde el propio Dylan afirmó desconocer la existencia de dicho invernadero). Junto al cuerpo, además del arma, una nota escrita a mano en donde, supuestamente, Kurt explicaba los motivos de su suicidio y se despedía de Courtney y de Frances. El caso se cerró bajo la solución de suicidio.
El 10 de abril, miles de jóvenes se reúnen en una plaza de Seattle para celebrar el entierro de su ídolo (con el cuerpo aún en el anatómico forense). Courtney no está presente, pero su voz, sí. En un cassette grabado horas antes, la viuda expresó sus “sentimientos” ante la pérdida de su marido, negándose a leer la nota dejada por éste y concluyendo la grabación de una manera poco convencional: “...Es un “gilipollas”. Quiero que todos griteis “gilipollas” muy alto...”. (Lo más triste de todo es que al menos 70 adolescentes se quitaron la vida imitando a Kurt Cobain).
Al día siguiente se pone a la venta “Live Throught This” (¿casualidad?), lo nuevo de Hole, el grupo de Courtney, cuya bajista, Kristen Pfaff aparece muerta de una sobredosis, casi un mes después que Kurt.
Pero sería Tom Grant, el propio detective que Courtney contrató para que encontrara a su marido, quien comenzó a dudar sobre la posibilidad de que Kurt Cobain no se hubiese quitado la vida, sino que todo fuera un asesinato planeado. El propio Grant se lo comunicó en una carta a la viuda, anunciando que continuaría con sus investigaciones.
El astuto detective se reunió con Rosemary Carroll, la abogada de Courtney Love, quien le dijo que Kurt se había puesto en contacto con ella para borrar a su mujer del testamento, ya que deseaba divorciarse de ésta. “Kurt no era un suicida”, le dijo a Grant, según relató éste más adelante.
En noviembre, Geffen se adelanta a la Navidad y publica el excelente “Unplugged In New York”, grabado por la banda un año antes en la ciudad de los rascacielos. Por esas fechas también saldría “Live! Tonight! Sold! Out!” la única grabación oficial de Nirvana (sin contar el video recopilatorio que se editó en 1991, donde compartían “cartel” con sus amados Sonic Youth) y que recoge hora y media de entrevistas, actuaciones en directo y videos caseros que repasan la corta historia del grupo, desde los comienzos hasta la locura del “Nevermind”. Sin duda, el mejor documento visual de una banda de rock publicado durante los 90’s.
En diciembre de 1994, Courtney Love afirma que escondía una segunda nota, además de la oficial del suicidio, que Kurt había dejado donde se despedía de ella y de su hija Frances, algo que convenció a Grant de una cosa: Kurt no tenía pensado suicidarse, sólo quería abandonar Seattle y pedir que le dejaran en paz:
“Sabes que te amo a ti y a Frances. Lo siento mucho. Por favor, no intentéis seguirme. Estaré ahí. Os protegeré. No sé donde voy, tan sólo es que no puedo estar aquí por más tiempo” (juzguen ustedes mismos). Grant estaba convencido de que la muerte de Kurt fue el resultado de una conspiración entre Courtney Love y Michael “Cali” Dewitt, el babysitter, pero las pruebas que el detective aportó no resultaron suficientes para reabrir el caso. Grant llegó a entrevistarse con un individuo que se hacía llamar “El Duce” (que lideraba una banda llamada Kings Of Porn Metal) y que afirmaba que Courtney Love le había ofrecido 50.000 dólares “a cambio de que matara a su marido”. El extraño individuo fue sometido al detector de mentiras, pasando la prueba de su afirmación, pero la policía declinó realizar cualquier tipo de investigaciones. Finalmente, Eldon Hoke (su nombre real) murió atropellado por un tren en Riverside, California, una semana después de que hubiera contado su historia al periodista de la BBC, Nick Broomfield, que se encontraba realizando un reportaje para la cadena pública británica. (Broormfield también entrevistaría a Hank Harrison, el padre de Courtney, que afirmaba sin tapujos que su hija había ordenado asesinar a su marido. “Kurt And Courtney” sería el título del film).
Con la llegada de 1995, los titulares rumorean acerca de una posible continuación de Krist y Dave en el mundo de la música, bajo el nombre de Foo Fighters. Finalmente, sólo Dave continuaría (y con gran éxito) el proyecto, revelándose como un buen compositor y excelente músico, más allá de las baquetas. Krist también intentaría mantenerse en el negocio musical, con Sweet 75, que no llegaría a ser mucho más que una curiosa anécdota. En la actualidad, el amigo de Krist Novoselic está entregado completamente a la política.
En 1996 veía la luz “From The Muddy Banks Of The Wishkah”, el esperadísimo álbum en directo que contenía grabaciones del grupo en vivo entre 1989 y 1993.
Ambos se enfrentarían en más de una ocasión a Courtney por los derechos de las canciones que dejó grabadas Kurt, y de las cuáles su viuda tiene la total disposición. En 2003, se publicó un recopilatorio con los temas más famosos de Nirvana y una canción inédita que había dado mucho de qué hablar (sobre todo en Internet): “You Know You Right”.

“I miss the comfort in being sad” (“Echo de menos la comodidad de estar triste”)
“Frances Farmer Will Have Her Revenge On Seattle” (“In Utero”, 1993)




De entre todas las conclusiones que Grant presentó con la finalidad de que reabrieran el caso, destacan tres, con suficiente acreditación, que deberían haber obligado a la policía a continuar con la investigación:
. El nivel de heroína que Kurt tenía en la sangre algo que, según los expertos, le hubiese dejado incosciente segundos después de inyectarse la droga, algo que le hubiera impedido coger el arma y dispararse.
. Por otra parte, su tarjeta de crédito (la cuál no estaba en poder de su propietario) fue utilizada al menos dos veces después de su muerte y antes de que el cuerpo fuese encontrado. La policía nunca dijo quién la utilizó y por qué.
. Un hombre afirmó que le habían ofrecido 50.000 dólares por matar a Kurt Cobain, tres meses antes de su muerte. La persona, que más tarde murió en extrañas circustancias, pasó el test de poligrafía.




KURT EN SUS PROPIAS PALABRAS

“Nunca quise cantar. Sólo quería tocar la guitarra rítmica, escondido en la parte trasera del escenario” (Rolling Stone, enero 1994)
“Courtney es una mujer que impone. Ella es muy inteligente y dice lo que piensa” (The Face, septiembre 1993)
“A veces desearía tomarme una pastilla que me permitiera disfrutar de las cosas simples de la vida en vez de ser tan crítico...” (Melody Maker, agosto de 1993)
“Todavía odio a la mayoría de la gente, pero no con la misma intensidad que antes (...), acabé harto de mi mismo Era un punk rocker que odiaba a todo el mundo” (The Face, septiembre 1993)
“Ya no bebo porque destruye mis estómago. Mi cuerpo no me permitiría tomar drogas porque soy muy débil. Las drogas son una pérdida de tiempo” (Rolling Stone, abril 1992)
“Muchas veces nos han llamado banda alternativa, pero comemos carne, por lo que pienso que estamos descalificados” (Melody Maker, noviembre 1991)
“Si alguno de vosotros odia a los homosexuales, a las personas de diferente color o a las mujeres, hacednos un favor: no vengáis a nuestros conciertos ni compréis nuestros discos” (American TV, 1992)
“Si los medios de comunicación divulgaran más música buena, la gente tendría mejor gusto” (Les Inrockuptibles, febrero de 1992)
“Si pudiera escribir tan sólo un par de canciones como las que ellos han escrito (...), no sé cómo lo hacen. ¡Son los más grandes!” (Refiriéndose a R.E.M., Rolling Stone, enero 1994)
“Me siento como si la gente quisiera que me muriera, para poder cumplirse la clásica historia del rock” (New Musical Express, julio 1992)




NIRVANA, 1989-1994: DISCOGRAFÍA

“BLEACH” (Sub Pop, junio 1989)
“NEVERMIND” (DGC, septiembre 1991)
“INCESTICIDE” (DGC, diciembre 1992)
“HORMOANING” (DGC, enero 1992. Mini CD editado en Japón y Australia)
“IN UTERO” (DGC, septiembre 1993)
“MTV UNPLUGGED” (DGC, noviembre 1994)

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