MEDITERRANEO DE JON MANUEL SERRAT, 1971
El día 18 de diciembre del año 2004, “Mediterráneo”, la canción más popular y conocida de Joan Manuel Serrat, fue elegida la mejor canción popular española por los espectadores del programa Nuestra Mejor Canción, emitido por TVE, triunfando por encima de joyas como “Libre”, de Nino Bravo o “Sólo Pienso En Ti”, de Víctor Manuel.
¿Qué tendrá esta canción, esta fuente de sentimientos, este río de amistad que ha superado el paso del tiempo, las nuevas generaciones para colocarse en el nuevo milenio como la canción compuesta en español más importante de la historia? Sencillamente, una colección de canciones que tocaron y tocan el alma en cada escucha de la obra maestra del creador de “Mi Niñez” (1970); temas como “Lucía”, “Aquellas Pequeñas Cosas” o “La Mujer Que Yo Quiero” forman parte de una época, de una etapa de la historia de nuestro país, de una etapa donde el propio cantautor quiso olvidar con este disco la lucha, las premisas de la Canción Protesta para centrarse en la persona, en el lado humano y en sus virtudes, para alabarlas y, por supuesto, para cantarlas.
Desde su llegada al mundo, concretamente a Barcelona, un 27 de diciembre de 1943, en el barrio más que humilde, pobre, pobre y necesitado, machacado por la maldita posguerra, Serrat cogió la guitarra a los dieciséis años y comenzó a componer canciones que rápidamente le involucraron en la defensa de la dignidad humana, entrando a formar parte de la ya mítica Canción Protesta o Nova Cancó de finales de los sesenta y principios de los setenta, en un momento en que España comenzaba a despertar y encaminarse hacia la democracia. Barcelona se convirtió en la capital anti-franquista y Serrat siempre tuvo presiones por parte, tanto del gobierno franquista como del pensamiento catalán: mientras que el primero le censuraba sus canciones escritas en catalán, el segundo le censuraba su bilingüismo, o sea, sus composiciones en castellano (su trabajo de 1975, “Piel De Manzana”, fue censurado y su venta sería prohibida, pudiéndose casi conseguirse de manera clandestina, tanto en Cataluña como en el resto de España; Serrat se había vuelto incómodo para el régimen del General Franco). Fue elegido en 1968 para representar a España en el festival de Eurovisión, pero el compositor se negó a actuar si no cantaba en catalán el tema compuesto por el Dúo Dinámico, “La, La, La”, que, como todos sabemos, le proporcionó el primer puesto a Massiel. El cantante publicó una carta abierta dirigida a la opinión pública en donde afirmaba que era “y seguía siendo, por encima de todo, un cantante catalán, en cuya lengua me he expresado durante cuatro años”.
Harto de tanta presión, Serrat viaja a Sudamérica donde compone “Mi Niñez”, editada en 1970 (durante aquellos meses, los rumores sobre una posible retirada de Joan Manuel Serrat recorren los rincones culturales del país) y una vez de vuelta a España, nuestro protagonista aprovecha el verano de 1971 para componer y grabar una colección de canciones basadas en el lado más humano de la persona y que llenarían un álbum que se grabaría con letras de oro en la historia de la música popular del siglo XX. En aquel tiempo y debido a la negativa de actuar en Eurovisión, el gobierno de Franco le había censurado tanto su presencia en TVE como la programación de los temas del nuevo álbum en RNE, medidas que no impidieron que “Mediterráneo” alcanzara el número uno en las listas de éxito y cada español, catalán o de otra región, se sintiera completamente identificado con cada una de las canciones del disco.
La letra del tema que da nombre al álbum es un canto a la vida, a la niñez, a los amores de juventud, al paso del tiempo y a la muerte, pero una muerte entendida como el final lógico de la vida, no una muerte trágica:
“Quizá porque mi niñez /
sigue jugando en tu playa /
y escondido tras las cañas /
duerme mi primer amor /
llevo tu luz y tu olor /
por donde quiera que vaya /…/
Ay, si un día para mi mal /
viene a buscarme la parca /
empujad al mar mi barca como un levante otoñal /
y dejad que el temporal desguace sus alas blancas /
y a mi enterrarme sin duelo /
entre la playa y el cielo… ”
Atrás quedaban sus primeros discos, su presentación en el Palau de la Música Catalana, en 1967 y sus canciones compuestas e interpretadas en catalán. Serrat se convierte en un músico español, más que español, en un músico universal donde sus discos no conocen fronteras.
La idea de la vida y sus interrogantes era la inquietud principal que ronda entre los surcos del álbum y el cantautor contagiaba su amor por la naturaleza, los montes y los ríos, el mar y los caminos y amores de adolescencia. En “Mediterráneo” no encontramos ni a “Penélope” ni a “Helena”, pero sí a “Lucía”, “la más bella historia de amor que tuve y tendré”, confesaba el artista en una de las más emocionantes y bellas canciones jamás compuestas sobre el amor y el desamor:
“no hay nada más bello /
que lo que nunca he tenido /
nada más amado /
que lo que perdí“.
Por su parte, en “La Mujer Que Yo Quiero”, Serrat canta a la mujer, a la mujer sincera, hermosa por dentro y por fuera, nada banal y mucho de sinceridad:
“la mujer que yo quiero /
no necesita bañarse cada noche en agua bendita“.
En “Tío Alberto” canta a los perdedores de la guerra, como ya lo había hecho con Miguel Hernández:
“Tío Alberto /
cató de todos los vinos /
anduvo por mil caminos /
y atracó de puerto en puerto /
Entre la ruina y la riqueza /
entre mentiras y promesas /
aún sabe sonreír“.
Hasta 1981, con su LP “Tránsito”, no volvería a alcanzar el número uno de las listas de ventas y la década de los noventa nos presentó a un Serrat maduro, tranquilo y relajado, convencido de su importancia y de sus hechos.
¿Su último regalo? “Sinfónico”, una colección de sus canciones más conocidas arropadas por una orquesta. En 2005, el gran héroe catalán venció al ataque el cáncer y logró el reconocimiento de público y crítica, pero sobre todo del público, de las personas a las que siempre cantó.
(Dedicado a mi amigo Julio)
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POR ANTONIO NOBLEJAS SOLIS
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1 comentario:
La vida está llena de casualidades.
Hace muy poco, precisamente esta misma tarde de septiembre mientras salía de Girona en coche, hablaba con una compañera de trabajo sobre Antonio Noblejas comentando uno de sus inolvidables reportajes, el dedicado a la canción "Mediterráneo".
La vida está llena de casualidades.
Hace muy poco, precisamente esta misma noche de septiembre cuando llegaba a casa y me conectaba a Internet, ese mismo "Mediterráneo" nos permite conocer la triste noticia de la muerte prematura de Antonio Noblejas. Una inmensa pena invade nuestros corazones y un muy sentido pésame hacemos llegar a la novia, familia y amigos.
Mi relación con él empezó el mismo día en que llegó su currículum a mi correo y, al instante, entre los centenares recibidos saltó a la luz de que Antonio era un profesional diferente a los demás. Contacté con él y de inmediato empezó una primera fase de colaboración que, simplemente, fue sublime. No existe otra palabra para definir su entrega, pasión y profesionalidad. Antonio Noblejas había nacido para ser periodista, un gran periodista. Desgraciadamente, el destino se lo ha llevado demasiado pronto. Los que hemos tenido la inmensa suerte de coincidir en nuestro camino con una persona así sabemos que jamás podremos olvidarlo.
Pero Antonio no se ha ido del todo, nos ha dejado un legado escrito en forma de excelentes reportajes que han sido consultados cada día por miles de personas de todos los rincones del mundo, de Madrid a Nueva York, de Buenos Aires a Londres. A partir de hoy, ese legado se continuará difundiendo para que miles de personas, cada día, puedan conocer un poco más la obra de Antonio Noblejas, un hombre nacido para escribir.
La vida está llena de casualidades.
Hasta siempre Antonio. Hasta siempre compañero.
Joan Miquel Martínez
Director General de PortalMundos Factory, S.L.
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